domingo, 27 de mayo de 2012

Este no es mi mundo

Esto es la tolerancia y este es mi mundo: cambiante, de la noche al día, del invierno al verano del hola al hasta siempre. Y a la vez, tan estático, como las 12:00, como los equinoccios, como el estoy contigo ahora.
Esto no es tolerancia pero sigue siendo mi mundo, real y físico con raíces en el suelo, estrellas en la noche y nubes en el cielo. Y a la vez tan irreal, como la hierba bajo el cemento, farolas en la noche, y el cielo…ya no se ve el cielo.
Esto no es tolerancia y este ya no es mi mundo, tan mentiroso y falso como un invento.
Nuria

sábado, 26 de mayo de 2012

Muere lentamente

Muere lentamente quien se transforma en esclavo
del hábito, repitiendo todos los días los mismos
trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir
un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien
prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre
las "íes" a un remolino de emociones, justamente las
que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los
bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando
está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto
por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se
permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee,
quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente, quien pasa los días quejándose
de su mala suerte o de la lluvia incesante.

Muere lentamente, quien abandona un proyecto
antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que
desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando
siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que
conquistemos una espléndida felicidad.  

????   

martes, 22 de mayo de 2012

"Día del gourmet"

Según nuestra querida RAE, “Gourmet” es sinónimo de “Gastrónomo”, que viene a definirse a través de dos acepciones:
1. m. y f. Persona entendida en gastronomía.
2. m. y f. Persona aficionada a las comidas exquisitas.
  
Sea cual sea tu caso, este es tu día, el “Día del Gourmet”.
Es una iniciativa surgida en la inspiración que nos dan a todos los bares, de tal modo que como podéis imaginar es una idea muy trabajada y meditada.
El Reglamento Interno de Funcionamiento es el siguiente:
Punto 1. Denominación
Se constituye sin ánimo de lucro y por un tiempo indefinido el denominado “Día del Gourmet”, en Valladolid. El régimen de la iniciativa se determinará por lo dispuesto en el momento en el que surja.
Punto 2. La existencia de esta red tiene como fines:
Disfrutar de todas las ventajas y beneficios de reunirse con amigos al aire libre, con buena conversación y con buena comida (y bebida opcional).
Punto 2. Emplazamiento para el ejercicio de sus actividades:
Para llevar a cabo la actividad principal, comer, se okupará un parque, en principio se ha pensado en el Parque de las Delicias cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que ahora mismo no me acuerdo. También se informará puntualmente de las posibles modificaciones.
Para el resto de actividades complementarias, tales como la compra de los productos o la elaboración de las recetas, se deja a los participantes la elección del emplazamiento (tu casa normalmente).
Punto 3. Forma de organización:
La forma elegida para la organización de las distintas actividades es la autogestión, consistente en la colaboración de todos los integrantes y basada en la dilatada experiencia de más de 20 años de cada uno de nosotros como buenos Gastrónomos (de los de la segunda acepción sobre todo).
Punto 4. Calendario de reunión:
Se celebrará al menos “Un día del gourmet” al mes, pudiendo ampliarse en función de las necesidades y las ganas.
Punto 5. Participantes:
Actividad totalmente abierta, y en este caso sí, cuanto más mejor! Osea que a difundirlo!!
Punto 6. Obligaciones de los integrantes:
La elaboración para el “Día del Gourmet” de un plato a su elección, teniendo en cuenta que todos los participantes que acudan ese día probarán el plato, pero teniendo en cuenta también que todos colaboraremos con el nuestro (es decir, ni que sobre ni que falte).
No es obligatorio consumir todos los platos ni acudir a todas las reuniones, pero sí cierta regularidad en ello puesto que ahí está la gracia.
Punto 7. Derechos de los integrantes 
Libertad de adhesión y libertad para abandonar el grupo.
Tomar parte en cuantas actividades se organicen para el cumplimiento de los fines (ver Punto 2 “Fines”).
Participar en la toma de decisiones en cuanto a fechas y lugares, así como aportar nuevas ideas o iniciativas relacionadas con el asunto.
Recibir información sobre la gestión y el cumplimiento de los fines y sus posibles modificaciones.

Punto 8. Inauguración.
El sábado día 26 de Mayo tendrá lugar la primera de las jornadas del “Día del Gourmet”, en el lugar indicado (ver Punto 3 “Emplazamiento”).
Salud y buenos alimentos!!!

Nuria

lunes, 21 de mayo de 2012

La sociedad

Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada;
Cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores;
Cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el Contrario, son ellos los que están protegidos contra usted;
Cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."

Ayn Rand (1950)

sábado, 19 de mayo de 2012

Mirar para otro lado

Yo no miro los lados
por si me encuentro algo
por lo que crea que se debe luchar.

Yo no escucho comentarios
venidos a saber dónde,
por si resultan ciertos y me tuviera que entristecer.

Yo no bailo ritmos extranjeros
por si acabara gustándome el acercamiento
a la tierra, a las culturas que se muestran.

Yo no lloro ni río libremente en público
por si al cogerle el gusto
acabara convirtiéndome en persona.

Yo no me hago preguntas
sobre las desigualdades que existen
por si la respuesta tuviera mi nombre.

Yo no veo atardeceres
por si tuviera que dar explicaciones en casa
de cómo la televisión se arrojó al vacío desde la ventana.

Yo no escribo sobre mí
por miedo a descubrirme
y no saberme llevar, así, tan nadie.


Esperanza Jorge (Primer premio de Poesía 2002. Universitarios en diálogo)

jueves, 17 de mayo de 2012

Quisera saber...

Hola, me preguntaba muchas cosas hoy.
Visto el panorama mundial, y el de cada país, ciudad o pueblo en particular, no me extraña que la gran mayoría de nosotros acabemos mirando hacia otro lado. Y al hacerlo como todos los puntos de visión contemplados mustran un panorama terrorífico, al final acabamos mirándonos a nosotros mismos y convirtiéndonos en el centro de nuestros propios universos solitarios. Vidas vividas ajenas a todo, con los pies en otro planeta, con las palabras en otro idioma, con los gestos ante el espejo.
Lo primero que quisiera saber es cuándo todos los culos trajeados de este país, que se afanan por quedar por encima del resto, para ganar votos, y entonces poner ese culo trajeado sobre la presidencial silla, harán algo (bien).
Quisiera saber también que piensa en verdad, si en verdad está contento consigo mismo, si en verdad, usted que se “supone” que sabe más que la mayoría, usted que gobierna y se “supone” decide, usted que, quiera o no, está (o debería estar) informado sobre lo que pasa en el mundo, puede acostarse soñando con levantarse al día siguiente, porque yo, que como la mayoría de jóvenes de este país, también sé algo, a veces pienso que no podré hacerlo.

Quisiera comprenderlos a todos, a los terroristas, violadores, asesinos, maltratadores, ignorantes y gente del montón (de esa del espejo y los pies en otro planeta que pasa de todo), e incluso, a ustedes, los políticos, pero tampoco puedo.


Nuria

viernes, 11 de mayo de 2012

La tolerancia

La naturaleza dice a todos los hombres: Os he hecho nacer a todos débiles e ignorantes, para vegetar unos minutos sobre la tierra y abonarla con vuestros cadáveres. Puesto que sois débiles, socorreos mutuamente; puesto que sois ignorantes, ilustraos y ayudaos mutuamente. Aunque fueseis todos de la misma opinión, lo que seguramente jamás sucederá, aunque no hubiese más que un solo hombre de distinta opinión, deberíais perdonarle: porque soy yo la que le hace pensar como piensa. Os he dado brazos para cultivar la tierra y un pequeño resplandor de razón para guiaros; he puesto en vuestros corazones un germen de compasión para que os ayudéis los unos a los otros a soportar la vida. No ahoguéis ese germen, no lo corrompáis, sabed que es divino, y no sustituyáis la voz de la naturaleza por los miserables furores de escuela.

Soy yo sola la que os une a pesar vuestro por vuestras mutuas necesidades, incluso en medio de vuestras crueles guerras con tanta ligereza emprendidas, eterno teatro de los errores, de los azares y de las desgracias. Soy yo sola la que, en una nación, detiene las consecuencias funestas de la división interminable entre la nobleza y la magistratura, entre esos dos estamentos y el clero, incluso entre los burgueses y los campesinos. Ignoran todos los límites de sus derechos; pero todos escuchan a pesar suyo, a la larga, mi voz que habla a su corazón. Yo sola conservo la equidad en los tribunales, en donde todo sería entregado sin mí a la indecisión y al capricho, en medio de un montón confuso de leyes hechas a menudo al azar y para unas necesidades pasajeras, diferentes entre ellas de provincia en provincia, de ciudad en ciudad, y casi siempre contradictorias entre sí en el mismo lugar. Yo sola puedo inspirar la justicia, mientras que las leyes solo inspiran los embrollos. El que me escucha juzga siempre bien; y el que sólo busca conciliar opiniones que se contradicen es el que se extravía.

Hay un edificio inmenso cuyos cimientos he puesto con mis manos: era sólido y sencillo, todos los hombres podían entrar en él con seguridad; han querido añadirle los ornamentos más extraños, más toscos, más inútiles; el edificio cae en ruinas por los cuatro costados; los hombres recogen las piedras y se las tiran a la cabeza; les grito: deteneos, apartad esos escombros funestos que son obra vuestra y habitad conmigo en paz en mi edificio inconmovible.


Voltaire, Tratado sobre la Tolerancia

miércoles, 9 de mayo de 2012

Serás suyo

No pares, ejerce de viento, de marea,
de cascada indomable,
engaña al sueño con ansias hedonistas,
mientras,  la desidia pulula en torno al
que descansa,
al que mira atrás,
trepa cuan enredadera por las tapias
del abandono,
¿quieres ser suyo?,
no siembres tu camino de rotas cadenas,
ni llenes tus manos de aire,
no distingas noche y día,
no juegues a vivir,
haz un romance con el tedio,
estará yerma tu alma de la
noche a la mañana y para siempre,
ejerce de viento, de marea,
o serás suyo,
repito,
suyo.


Kutxi, León manso come mierda

Alegría

Uno tiene derecho a la alegría. A veces es humo o es niebla o es celaje. Pero detrás de esas demoras ella está, esperando. Siempre hay una hendija del alma por donde la alegría asoma sus despabiladas pupilas. Entonces el corazón se vuelve más vivaz, se extrae de su quietud y es casi pájaro.
La alegría sobreviene después de las ausencias, al fin de las nostalgias. Si uno se reencuentra con lo amado y su revelación unánime, es lógico que el gozo nos abrace y a uno le vienen ganas de cantar. Aunque no tenga voz, aunque esté ronco de pasadas angustias.
Después de todo la alegría es un préstamo, no nos pertenece. Es una locurita, un premio pasajero, pero la disfrutamos como si fuera propia, como un loco, como una primavera de la vida.
Ella se aferra al tiempo, arrastra su poquito de la infancia y se mete soplando en la vejez.
Semana tras semana, año tras año, la alegría va llenando vacíos. Hasta que no puede más y se vuelve tristeza.

Mario Benedetti, Vivir adrede

La sonrisa etrusca


El diván-cama se resiste a ser desplegado. El hijo forcejea y el viejo no sabe ayudarle, ni quiere tampoco relacionarse con semejante máquina, tan contraria a su vieja cama. La de toda la vida desde su boda: alta, maciza, dominando la alcoba como una montaña cuya cumbre fuese el copete de la cabecera en castaño pulido, cuyos prados los mullidos colchones, dos de lana sobre uno de crin, como en todo hogar que se respete... ¡Rotunda, definitiva, para gozar, parir, descansar, morir!... Evoca también otras yacijas de su agitada vida: la dura tierra de las majadas pastoriles, el jergón cuartelero, el heno seco de los pajares, la hierba extendida sobre roca en las cuevas cuando era partisano, los colchones campesinos de paja de maíz chascando como sonajas bajo el retozo amoroso... Todo un mundo ajeno a ese artefacto híbrido de la celda, con resortes agazapados como cepos loberos.
Al fin cede el mecanismo y el mueble se despliega casi de golpe. El hijo tiende las sábanas y pone una sola manta porque -advierte- hay calefacción. Al viejo le da igual: se ha traído su manta de siempre, adelgazada ya por medio siglo de uso. Imposible abandonarla; es su segunda piel. Le ha protegido de lluvias y ventiscas, ha sudado con él las mejores y peores horas de su vida, fue incluso condecorada con un agujero de bala, será su mortaja.
-¿Necesita algo más? -pregunta al fin Renato.
Necesitar, necesitar... ¡Todo y nada! Le sobra cuanto ve y, en cambio, ¡desearía tanto!


Jose Luis Sampedro, La sonrisa etrusca

jueves, 3 de mayo de 2012

Instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca.
Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortázar