Es una sensación fea pero vital, tan vital como que estoy aquí,
respirando ante el agotamiento de intentar cambiar todos los días, sin en
verdad intentarlo, y así, cansada de seguir igual, en vez de por el cambio en sí.
Es por el vértigo no al correr sino al pararse a mirar.
Es por el frío en el cuerpo y en el alma.
Es por la jaula invisible de estar aquí.
Es por los demás, incluso aquellos que no conozco.
Es por mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario