domingo, 29 de abril de 2012

Domingo

No se que hacer. Vuelvo a sentir esa sensación de angustia por dentro, como si por mis venas en vez de sangre corriesen espinas en una carrera interminable y larga, vaciando mis sueños y poniendo en su lugar miedo e incertidumbre.
Es una sensación fea pero vital, tan vital como que estoy aquí, respirando ante el agotamiento de intentar cambiar todos los días, sin en verdad intentarlo, y así, cansada de seguir igual, en vez de por el cambio en sí.
Es por el vértigo no al correr sino al pararse a mirar.
Es por el frío en el cuerpo y en el alma.
Es por la jaula invisible de estar aquí.
Es por los demás, incluso aquellos que no conozco.
Es por mi.

Nuria

viernes, 27 de abril de 2012

La ciencia

Hoy en día, la división más grande en el seno de la humanidad no es aquella que existe entre las razas, entre las religiones, o incluso, como muchos creen, entre la gente educada y los analfabetos. Es el abismo que separa a las culturas científicas de las precientíficas. Sin los instrumentos y el conocimiento acumulado de las ciencias naturales, los humanos están atrapados en una prisión cognitiva. Inventan ingeniosas especulaciones y mitos sobre el origen de las aguas que los confinan, o sobre el sol y el cielo y las estrellas, y sobre el sentido de su propia existencia. Pero se equivocan, siempre se equivocan, porque el mundo está demasiado alejado de la experiencia ordinaria como para que baste con simplemente imaginarlo.  


Edward Osborne Wilson, "Consilience: la unidad del conocimiento" (1998).

Big Brother is watching you

LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA


George Orwell, "1984"

sábado, 21 de abril de 2012

El amor es ciego

"El cinco de agosto, a las ocho, la calina cubría la ciudad. Liviana, en absoluto estorbaba la respiración y se presentaba bajo apariencia singularmente opaca...Fue cayendo en capas paralelas. Al principio cabrilleaba a veinticinco centímetros del suelo, y los caminantes no podían verse los pies. Una mujer que vivía en el número 22 de la Rue Saint-Braquemart, dejó caer la llave en el momento de entrar en su casa, y no la podía encontrar. Seis personas, entre las que se contaba un bebé, acudieron en su ayuda. Entretanto, a la segunda capa le dio por caer. Y se pudo encontrar la llave, pero no al bebé....
Los de los barrios altos, creyéndose favorecidos, se burlaban de los de las orillas del río. Mas al cabo de una semana todos estaban reconciliados y podían golpearse del mismo modo contra los respectivos muebles de las respectivas habitaciones. La niebla había llegado por entonces hasta el copete de las edificaciones más elevadas...
Orvert Latuile despertó el trece de agosto después de una dormida de trescientas horas...
-Bajo hasta casa de la portera -se dijo- dejándome la bragueta abierta. Así comprobaremos si en realidad hay niebla, o si se trata de mis ojos...Se cruzó con alguien que subía aplastándose contra la pared.
-¿Quién va? -dijo, deteniéndose.
-¡Lerond! -respondió el señor Lerond, el inquilino de enfrente.
-Buenos días -dijo Orvert-. Aquí Latuile.
Al tenderle la mano, encontró cierta cosa rígida que soltó con asombro. Lerond emitió una risita embarazada.
-Perdone -dijo-, pero no se ve nada, y esta neblina es endemoniadamente calurosa.
-Cierto -asintió Orvert.
Pensando en su desabotonada bragueta, se avergonzó de constatar que Lerond había tenido la misma idea que él.
-Bueno, hasta la vista -dijo Lerond.
-Hasta la vista -contestó Latuile, desabrochando solapadamente la hebilla de su cinturón.
Cuando el pantalón le hubo caído sobre los pies, se lo quitó, arrojándolo a continuación por el hueco de la escalera. Y si Lerond se paseaba con su mancebía al aire ¿por qué tenía Orvert que continuar a medio vestir...? O todo o nada. ..optó por caminar junto a las fachadas de las casas para guiarse por el tacto. De repente topó con todo el cuerpo con otro que, inmóvil, le daba la espalda. Sin que pudiera evitarlo, se le escapó un grito.
-¡No empuje! -le respondió una voz profunda-. Y apresúrese a separar esa cosa de mis posaderas, si no quiere que le parta ahora mismo la cara.
Tomó por la primera a la izquierda. Una mujer venía, precisamente, en sentido contrario.
Tras el choque quedaron, cada uno por su lado, sentados en el suelo.
-Perdón -dijo Orvert.
-La culpa es mía -respondió la mujer-. Usted circulaba por su derecha.
-¿Puedo ayudarla a levantarse? -se ofreció Orvert-. Está usted sola ¿no es así?
-¿Y usted? -preguntó ella a su vez-. ¿No estarán a punto de echárseme encima cinco o seis de una vez?
-¿Seguro que es usted una mujer? -continuó Orvert.
-Compruébelo usted mismo -le contestó ella.
Se habían aproximado el uno al otro, y el hombre pudo sentir contra su mejilla el contacto de unos cabellos largos y sedosos. Ahora estaban de rodillas y de frente.
-¿Dónde encontrar un lugar tranquilo? -preguntó Orvert.
-En el centro de la calzada -dijo la mujer.
Lugar hacia el que se dirigieron, tomando como referencia el bordillo de la acera.
-La deseo -dijo Orvert.
-Y yo a usted -dijo la mujer-. Mi nombre es...
Orvert la cortó.
-Me da lo mismo -dijo-. No quiero saber nada más que lo que mis manos y mi cuerpo me revelen.
-Proceda -le animó la mujer.
Dicho lo cual, se estrecharon el uno contra el otro.
...Al cabo de un tiempo, la radio anunció que los sabios estaban constatando una regresión regular del fenómeno, y que el espesor de la niebla aminoraba de día en día. Muy pronto se encontró una alternativa, pues el genio del hombre nunca deja de sorprender con sus mil facetas. Y cuando la niebla se disipó, según indicaron los aparatos detectores especiales, la vida siguió felizmente su curso pues todos se habían hecho saltar los ojos."


Boris Vian




jueves, 19 de abril de 2012

Los nadie

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica Roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos que la bala que los mata.


 Eduardo Galeano

Vidas en la basura

El viento sopla fuerte esta noche
y es una viento frío

y pienso en los muchachos

desocupados.

Espero que algunos de ellos tengan

una botella de tinto.
Es cuando estás en la mala
que te das cuenta de que

todo
vtiene dueño
y de que hay cerraduras en

todas las cosas.

Así funciona la democracia:

agarrá lo que puedas, tratá de mantenerlo

y agregale algo

si es posible.
Así funciona la dictadura
también

sólo que ellos esclavizan o

destruyen a sus

desamparados.
Nosotros simplemente
olvidamos

a los nuestros.
en cualquier caso
es un viento

muy

frío.



Charles Bukowski

domingo, 15 de abril de 2012

El cuento

La primera ventaja es que cuando el cuento llega al final no se acaba, sino que se cae por un agujero y el cuento reaparece a mitad del cuento.
Ésta es la segunda ventaja, y la más grande, que desde aquí se le puede cambiar el rumbo.
Si tu me dejas.
Si me das tiempo.


Lucía y el sexo

Primer cuento


"Una noche a finales de junio, un niño se pasea con su madre. Llueven estrellas fugaces. El niño recoge una y la lleva en las palmas de las manos. Llega a su casa, la deposita sobre la mesa y la aprisiona dentro de un vaso puesto al revés. Por la mañana, al levantarse, deja escapar un grito de horror: ¡un gusano, durante la noche, ha roído su estrella!”

Salvador Dalí, Diario de un genio (pág. 38) éste es el primer cuento que escribió, a la edad de 7 años.

Dalí a los seis años cuando creía ser una niña, levantando la piel del agua para ver a un perro que duerme a la sombra del agua (1950)

sábado, 14 de abril de 2012

Residencia de estudiantes


Un día, en el tercero o cuarto año de vida de la Residencia, me dijo un joven ministro conservador, colaborador nuestro, en respuesta a palabras mías que él estimaría demasiado fervorosas: «¿Pero usted cree que esto es España?». «No, pero lo será», respondí con tal natural convicción que, mirándome, se quedó pensativo».

Jiménez Fraud

lunes, 9 de abril de 2012

Leyenda de Polma y Curienno

Polma era una blanca doncella astur, criada a la sombra de los acebos, las hayas, pinos, robles y abedules en uno de los valles más altos de la montaña. Curienno era un bravo mozo celta que la cortejaba y la llevaba en las noches de mayo a escuchar el canto enamorado del urogallo entre las espesuras del bosque.
Un día desgraciado de tormentas y nubarrones tuvieron la mala suerte de cruzarse con las huestes romanas y el cónsul Canioseco se enamoró de Polma. No dudó en emplear la fuerza de sus soldados para llevársela a su campamento.
Con mucha urgencia prepararon las bodas que se celebraron en medio de grandes fiestas.
Polma lloraba angustiada y Curienno observaba, desde lejos, todo lo que ocurría en el campamento militar.
En un momento en el que todos dormían la borrachera de la fiesta, Curienno saltó y se apoderó de Polma, huyendo velozmente, hasta alcanzar las montañas, sin concederse un momento de descanso.
Canioseco terminó por descubrirlo y empezó una feroz persecución. El estrépito de los caballos les sorprendió cuando se refrescaban en un arroyuelo entre Puebla de Lillo y Cofiñal. Curienno quiso huir con su amada en los brazos, pero era demasiado tarde y antes que se la raptaran otra vez y la perdiera para siempre sacó un cuchillo y la degolló dejándola junto al arroyo. Sin carga y ligero huyó a toda prisa por las veredas del puerto buscando las luces de Vegarada. Cuando invocaba a Bodón, aún antes de descubrir la negra silueta del monte donde reside la divinidad, las flechas de los sicarios de Canioseco le alcanzaron y cayó muerto en un charco de sangre.

Las xanas que lloraban la muerte de Polma en Cofiñal oyeron los lamentos de las que lloraban a Curienno en Vegarada y decidieron que aquel amor no se debía llorar con lágrimas porque era un amor vivo y convirtieron los charcos de sangre en sendas fuentes de agua cristalina: una, de agua brava y fría y la otra, la de Polma, de agua caliente que manaba a borbotones. Ambas se despeñaron monte abajo, por sus respectivos valles gritándose para no perder la dirección.
Alertado el monte que quedaba entre los dos ríos, resolvió no ser obstáculo por más tiempo y, en un punto determinado, se contrajo abriendo paso a las aguas de Curienno. Advertido éste del milagro trazó una curva con rapidez y se lanzó hasta fundirse con su amada Polma, en un abrazo interminable mientras caminaban hacía el océano.


martes, 3 de abril de 2012

A los jóvenes



A éstos me dirijo, que los viejos -los viejos de corazón y de espíritu, entiéndase bien- no se molesten en leer lo que no ha de afectarles en nada.

Supongo que tenéis dieciocho o veinte años, habéis terminado vuestro estudio o aprendizaje y entráis en el gran mundo; supongo también que vuestra inteligencia se ha purgado de las imbecilidades con que han pretendido atrofiarla y obscurecerla vuestros maestros, y que hacéis oídos de mercader a los continuos sofismas de los partidarios del obscurantismo; en una palabra, que no sois de esos desdichados engendros de una sociedad decadente que sólo procuran por la buena forma de sus pantalones, lucir su figura de monos sabios en los paseos, sin haber gustado en la vida más que la copa de la dicha, obtenida a cualquier precio… Todo al contrario de esto, os juzgo de entendimiento recto, y sobre todo, dotados de gran corazón.

La primera duda que surge en vuestra imaginación es ésta: “¿Qué voy a ser?”. Esta pregunta  os la habéis hecho cuantas veces la razón os ha permitido discernir.

Verdaderamente que cuando se está en esa temprana edad en que todo son sueños de color de rosa no se piensa en hacer mal alguno. Después de haberse estudiado una ciencia o un arte -a expensas de la sociedad, nótese bien- nadie piensa en utilizar los conocimientos adquiridos como instrumento de explotación y en beneficio exclusivo, y muy depravado por el vicio debiera estar en verdad el que siquiera una vez no haya soñado en ayudar a los que gimen en la miseria del cuerpo y la miseria de la inteligencia. Habéis tenido uno de esos sueños, ¿no es verdad?


Piotr Kropotkin "A los jóvenes"